29 de marzo de 2013 - Volcán Lanín, Neuquén, Argentina
comenzar el ascenso al volcán.
Como se ve hay muy poca nieve lo que supone un camino duro y pesado.
A las 16 hs. nos encontrábamos en el refugio CAJA, a 2800 mts. Había muchas nubes bajas que venían de Chile, algo de viento y un pronóstico reservado para el día sábado. Pero sin duda, aún con la incertidumbre de si tendríamos buen tiempo, el espectáculo era maravilloso.
Pudimos presenciar el espectáculo de los Cóndores. Y Santiago, en el momento en que el cóndor volaba cerca nuestro a punto de llegar al refugio CAJA. De fondo el glaciar o lo que queda de él.
Comenzamos a caminar a las 4 de la mañana con pronóstico reservado, ya que a las 12 del mediodía se cerraría el clima debiendo descender. La hora tope para hacer cumbre era las 11 hs.
Estuvimos caminando con mucho esfuerzo ya que Miguel y Alejandro no se encontraban muy entrenados. No hacía mucho frío ni tampoco (por suerte) teníamos viento.
Promediando las 11 hs. llegamos con Santiago "apretando el paso" y pudimos hacer cumbre, en la que se puede ver el nivel de deshielo que hay. La canaleta del fondo es precisamente la pequeña porción de suelo Chileno.
Comenzamos a descender inmediatamente, porque la nube ya nos cubría desde el lugar donde se encontraba la cámara "en automático" pero luego de descender cien metros, en medio de la nube, aparecieron Miguel y Alejandro, cansados pero esforzándose al máximo y con la voluntad firme de hacer cumbre. Santiago siguió descendiendo, con la consigna de que se quedara en un punto donde divisar el camino que estaban siguiendo los que iban delante nuestro. Y con Miguel y Alejandro volví a subir y...
...llegamos nuevamente a la cumbre.
Podrán apreciar que en esa media hora se nos hizo una ventana y nos iluminó el sol. Sólo estuvimos unos pocos minutos, porque ya eran las 12 hs y debíamos bajar rápidamente.
Comenzamos el descenso y sucedió lo previsto: el cielo se cerró, permitiéndonos sólo unos 10 mts de visibilidad. Y como si fuera poco, comenzó a nevar, lo que nos tapó toda huella inmediatamente.
Creo habérselo contado a alguno que seguimos algunas reglas de oro para esos momentos:
a) no desesperarnos,
b) seguir la cresta de alguna colada, descendiendo siempre hacia la izquierda y corrigiendo cada 50 mts hacia la derecha. Sin brújula era muy complicado orientarnos,
c) cuando ya habíamos descendido al menos 500 mts, prendimos el VHF para comunicarnos con nuestros compañeros que estaban delante de nosotros, pero fuera de la nube,
d) en determinado momento le pedimos que hicieran sonar el silbato de emergencia para confirmar que el rumbo que seguíamos era el correcto.
Carlos Visca